Cristina y su esposo llegaron a mi ciudad durante el invierno. Habían viajado un par de días en autobús para reunirse con su familia, pero se encontraron con la desagradable sorpresa de que sus maletas con sus pocas pertenencias, incluida su documentación legal, habían desaparecido. Un trabajador de la compañía de autobuses no les ofreció ninguna solución ni explicación clara de lo que había ocurrido, ni de cómo podían recuperar sus pertenencias. Frustrados y sintiéndose derrotados, no les quedó más remedio que esperar.
En estas circunstancias les conocí. Acudieron al Armario Comunitario que creamos en nuestra comunidad para ayudar a las familias necesitadas de ropa, zapatos y accesorios. ONE HEART nació de la pasión de una iglesia y una comunidad organizada de mujeres latinas. Los esfuerzos de ambas organizaciones estaban arraigados en un propósito común: el amor por nuestro vecino pues sabíamos del creciente número de familias que llegan al este de Tennessee durante la temporada de frío sin ropa adecuada. Durante nuestro primer año, atendimos a más de 80 familias, en su mayoría que llegan solo con lo que traen puesto. Son adultos, jóvenes y niños en busca de una vida mejor.
Ser conscientes de las necesidades reales de nuestros vecinos nos permite emprender ministerios, programas y asistencia intencional y apropiada para servirles eficazmente, haciendo un mejor uso de nuestros recursos, tiempo, voluntarios y espacio físico. Sería en vano agotar recursos y movilizar esfuerzos si nuestros sueños no pueden sostenerse en el tiempo, lo que provocaría frustración en nuestro equipo y dentro de nosotros mismos, obstaculizando potencialmente nuestro deseo de continuar.
La creación de nuestro Armario Comunitario requirió muchas conversaciones, oraciones, recopilación de recursos, acondicionamiento del espacio y el compromiso de abrir nuestras puertas un día al mes. Puede parecer retador, pero si sientes el deseo de servir a tu comunidad, este es el primer paso para empezar.
Por esta razón, quisiera compartir contigo los pasos concretos que dimos para crear este recurso para nuestra comunidad, y puedas quedarte con lo que necesitas para encender tu pasión e iniciativas.
1. Comparte tu visión:
A menudo podemos sentirnos solos en nuestro deseo de hacer algo por nuestra comunidad, pero te sorprendería saber que hay otros como tú que también quieren hacer cosas maravillosas para nutrirla y fortalecerla. Tu tarea es ENCONTRARLOS o dejarte encontrar, entablar amistades y colaboraciones con personas y organizaciones que compartan una visión común. Esto convertirá tu visión en un esfuerzo compartido.
2. Canaliza los pensamientos y palabras de forma constructiva:
Evita engancharte en palabras o pensamientos desalentadores. Puede que no todo el mundo vea o acepte inmediatamente el valor de tus ideas, pero mantenerte fiel a tu vocación y rodearte de personas que te apoyen es crucial.
3. Haz inventario de tus recursos:
Una vez definida tu idea, evalúa lo que tienes y lo que necesitas. Para nosotros, esto incluía voluntarios, espacio físico, donaciones de ropa y zapatos, merienda para los visitantes y más. Necesitábamos un logotipo, un nombre, carteles y un sistema para organizar la ropa según las estaciones del año. Delegamos las tareas a realizar y decidimos el día de apertura, asegurándonos de que estábamos preparados y organizados de forma realista para funcionar de forma sostenible a lo largo del tiempo. Delegar tareas y fijar un día de apertura garantizó que estuviéramos preparados y organizados para un funcionamiento sostenible.
4. Invita a toda tu comunidad a participar:
Los seres humanos necesitamos a los demás para desarrollarnos de forma saludable, así que cuanto más diverso, abierto y motivador sea tu equipo, las ideas, los recursos y los eventos, tu iniciativa seguirá creciendo y desarrollándose con el tiempo. En algún momento, puede que tú no estés presente, pero lo que una vez fue tu idea perdurará, beneficiando a tu comunidad a largo plazo.
5. Abraza tu creatividad:
Eres un ser creativo, repite conmigo: «Soy un ser creativo». A menudo pensamos que la creatividad sólo se aplica al arte, música o tareas manuales. Sin embargo, utilizas tu creatividad incluso sin darte cuenta: cuando cocinas, haces ejercicio, limpias tu casa, te peinas, haces un presupuesto e incluso cuando caminas. Surgen siempre nuevas ideas. A veces pueden parecer descabelladas, y tu cerebro al principio dice NO. Pero, ¿y si empiezas a decirle a tu cerebro «vamos a intentarlo»? Descubrirás que tú y tu equipo pueden generar los eventos más creativos y espectaculares, encontrando bellas formas de avanzar en lo que les inspira y fortalece a la comunidad. Fomenta una cultura en la que se aliente la lluvia de ideas y la práctica de nuevas ideas. Esta creatividad ayudará a sostener y enriquecer tus esfuerzos comunitarios.
Esto es solo un pequeño ejemplo de cómo puedes servir a tu comunidad desde dentro. Encontrarás más ideas leyendo otros artículos de este blog. Te invito a compartir tus pensamientos y otras ideas para ayudarnos a crear colectivamente un mundo más amoroso desde nuestros pequeños rincones.
Nuestra autora invitada es Raquel Leal-Álvarez. Raquel es una mujer latina increíble que ha utilizado sus dones y habilidades para servir a los demás de diversas maneras. Lea más sobre Raquel aquí.
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